Con “La Monja” volvemos a entrar, en teoría, en el universo cinematográfico de los Expediente Warren. Ese microgénero dentro del terror que ha dado cosas tan buenas como “The Conjuring” y otras que no han estado mal aunque no llegaran a su nivel.
Recordemos que en alguna de estas películas aparecía una presencia maligna, el doble con hábitos religiosos de Marilyn Manson. Y como los sustos con este personaje eran bastante potentes han decidido que se merecía tener su propia película de orígenes.
“La Monja”
Lo que nos encontramos es que se salen de todos los escenarios americanos conocidos y se van a la Rumanía (por aquello de los vampiros, los sitios misteriosos y la pobreza, supongo) de los años 50 para contarnos de dónde ha salido esta monja maligna. Del infierno, claro está.
El problema es que han decidido dar prioridad al dinero rápido sobre la historia, y eso significa que hay que hacer una peli de miedo para que puedan verla casi todos los públicos. Y eso hace que filmen cuatro sustos mediocres (aunque muy efectivos) y una historia tan trillada que casi da vergüenza contar la sinopsis porque todo el mundo se la imagina.
¡Y para colmo los mejores sustos ya se ven en el trailer!
Efectivamente han hecho caja a lo grande, ahí están las cifras de taquilla que la han colocado entre las 10 películas con más recaudación del 2018.
Pero como película de terror es sencillamente, una más del montón.
¡Que si!, que la mayoría de pelis de terror no buscan ser obras de arte, se conforman con asustarnos un rato y a la calle, que hay más miedo fuera de los cines que dentro.
Pero es que aquí se nota que se han juntado cuatro colegas y han dicho, “vamos a meter unas cuantas escenas de sustos y luego ya veremos cómo las juntamos para que parezca que esto tiene sentido”.
Y eso, “La Monja”. Y habrá secuela, porque tal y como acaba no hay manera de conectarla con las demás peliculas de la saga Warren si no nos cuentarn algo más.
Ahhh, y la novicia si has visto las otras pelis… ya sabes quién es al minuto de verla. Ni en eso han sido capaces de sorprendernos.
Lo que si tengo que reconocer es que me gustaron los títulos de crédito finales. Esas ilustraciones me parecieron más terroríficas que la propia película.